
Leopoldo Fernández, Santos Ramírez, Jorge Melgar, José Vaca, Reynaldo Bayard, son algunas de las personas que fueron llevadas a la carcel de San Pedro por el superfiscal Edward Mollinedo.
Lo que habría que preguntarse es ¿quién es este señor Mollinedo?, ¿a quién responde?. Porque ni el más ingenuo creerá que por "obra de la justicia" se ha encarcelado sin sentencia y más allá de los límites legales. Dos pistas importantes han sido dadas curiosamente por dos personajes que no tienen mucho en común: hablamos de Santos Ramírez y Humberto Roca. Ramírez dijo en una declaración en el programa Sin Letra Chica, del reconocido periodista Carlos Valverde, que desde la Vicepresidencia ordenaron su detención. Humberto Roca, dio la segunda pista al decir que Boliviana de Aviación está manejada por hermanas de Alvaro García Linera. Esta declaración se produjo un día antes que Mollinedo anuncie su imputación y una solicitud detención a más de 3.600 metros donde compartiría las celdas con decenas de otros presos políticos.
Creemos que las investigaciones y los procesos judiciales no se pueden realizar de manera transparente, cuando hay una mano política por atrás. No es que tengamos algo contra el Vicepresidente, o algo a favor de Roca, Ramírez, Fernández, y los otros procesados, pero tendríamos que preguntar seriamente si Mollinedo es un fiscal independiente. Porque si no lo es, los juicios que investiga estarían viciados de pruebas manipuladas, verdades a medias, mentiras, encubrimientos, confabulaciones, etc. En síntesis, serían juicios ilegales o viciados de nulidad, como suelen decir los abogados.
No se puede mezclar la justicia con la política, como tampoco son compatibles la investigación de los hechos con la dirección política en los casos. Esto es algo que han practicado los gobiernos totalitarios, y que no debe repetirse en gobiernos que se proclaman "democráticos". Las purgas estalinistas contra los disidentes del partido, y los opositores, no son el mejor ejemplo de democracia.
La oposición debería hacer un seguimiento minucioso, no sólo del juicio contra Leopoldo Fernández, sino del juicio contra Humberto Roca, Santos Ramírez, Jorge Melgar, José Vaca, Reynaldo Bayard. Lo que está en juego no son sólo los amigos o los afectos de oficialismo y oposición. Lo que está en juego es la credibilidad del sistema judicial, la credibilidad de la independencia de poderes, en definitiva, la credibilidad del gobierno de Evo Morales y la democracia boliviana.
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