Mario Cossío acaba de pedir asilo político desde tierras paraguayas, según informan varios medios de comunicación del vecino país y el CONARE guaraní.
Esta solución trae un cuestionamiento que se hacen líderes de oposición de izquierdas y derechas. ¿Conviene quedarse en casa y pelear inútilmente en búsqueda de "juicio justo", "garantías", "debido proceso" o pedir el asilo político?.
Veamos. Leopoldo Fernández en la cárcel ha tenido grandes penurias en San Pedro y su situación legal no parecen mejorar pese al gran escuadrón de abogados y simpatizantes que lo secundan. La propaganda en su contra ha sido implacable y no sabemos cómo saldrá ileso a nivel internacional luego de haber sido apodado el "carnicero de Porvenir" y denunciado por genocidio. Como es lógico, Fernández no tiene ninguna posibilidad de salir del trance, quién sabe cuántos años, 3, 4, 5 o quién sabe más años...
Contrariamente, quiénes buscan asilo político exponen ante comisiones de refugiados un planteamiento de persecución política en la que toman decisión jurídica Ministros de Estado y a veces el propio Presidente, como ocurre en Paraguay. Ahora mismo en el Paraguay se debate el Tema Cossío seguramente con mucho interés. ¿Cuál será la decisión de Lugo ante el pedido de Cossío?. ¿Qué consecuencias políticas traerá la decisión de Lugo, ya sea esta positiva o negativa?. Y con ello, se provocará un debate sobre la situación política y los derechos humanos en Bolivia.
Cossío ha elegido, no sabemos si porque no tenía otra opción o por voluntad propia, Paraguay.
Quiénes prefieren la cárcel, ven a Mandela como un ícono a seguir. Pero se olvidan de que entre los asilados y exiliados también han habido otros íconos: Haya de la Torre, Einstein, Trotsky, etc.
La pregunta entonces sería mejor si plantearamos ¿cuáles son las consecuencias internacionales del asilo en un contexto de reclamo mundial sobre el autoritarismo en Bolivia?.
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